25 de julio de 2010

Lovely Sky

Y allí se imaginaba, sentado en el banco donde la vió por primera vez. Tal vez pensaba... sabía... que era el momento, la hora de marchar, desaparecer y acabar con el dolor que lo consumía. Pero en el fondo no quería hacerlo, sabía que era capaz de seguir luchando; tal y como lo hiciera en los últimos 8 años, que su corazón era fuerte. Aún así, la hora había llegado y no había hecho más que retrasarla.
Entonces, por sus mejillas empezaron a resbalar las primeras lágrimas, sus labios desprendieron las últimas palabras mudas y con un profundo suspiro sus ojos se cerraron eternamente. En el fondo sabía que tomara la decisión correcta, que el dolor no desaparecería si no hubiese cerrado los ojos para siempre. En el fondo sabía que era lo mejor para él y también para ella; sabía que era lo mejor para todos.

Y en ese mismo instante, aquel 25 de enero, una nueva estrella centelleó en lo alto del cielo.
*Seis meses atrás.


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